¿Solidaridad con quién?
Por Israel Higuera
Libertad Digital se hace eco de la petición de la organización Solidaridad con Cuba para que las Damas de Blanco reciban el premio Nobel de la Paz. Recordemos que las Damas se trata de un movimiento pro liberación de los presos políticos cautivos en Cuba. De nuevo presos políticos en Cuba, ¿quién dijo Orlando Zapata? Éste fue el primer caso para un filón sin fin que han encontrado los medios de la derecha para una vez más intentar desestabilizar al Gobierno de la isla mediante una propaganda destinada a desgastar la imagen de la Revolución en nuestro país. La cosa sigue y sigue y cada vez encontramos más comúnmente noticias relacionadas con los llamados presos políticos de Cuba.
Como siempre, es de recibo comenzar por lo básico: estos disidentes a los que se llama erróneamente presos políticos son en realidad individuos que, dentro de la isla, han promovido acciones con el objetivo único de derrocar al gobierno de Castro y mantener aplicadas las sanciones económicas y el bloqueo de la isla que Estados Unidos lleva décadas prolongando. Todo ello con una partida presupuestaria de millones de dólares que cada año la Casa Blanca destina a financiar la contrarrevolución. En fondo, se trata de actitudes y actividades subversivas que cualquier sociedad repudiaría; ataques a la propia nación que ningún Estado permitiría.
Dejando de lado el hecho de que estas personas encarceladas con mucha probabilidad lo están justamente, o al menos de acuerdo al derecho, hay que tener también en cuenta la naturaleza de este grupo de las Damas de Blanco. Familiares y amigos de estas personas que luchan por la libertad de sus allegados. Y están por supuesto en todo su derecho de hacerlo, incluso diría que es su obligación. El problema está cuando se politiza una organización es este tipo, y es algo a lo que en España estamos bien acostumbrados con las manifestaciones y declaraciones de la AVT cada vez que surge una noticia relacionada con ETA.
Es un problema porque nunca una persona afectada por un suceso trágico o una situación complicada puede calibrar las cosas con justicia. Ya sea un familiar asesinado o un amigo encarcelado por causas que uno considere injustas, son situaciones que a cualquier ser humano le nublan el raciocinio, y los motivos de esas personas son más emocionales que racionales. Y no lo critico, como ya digo es normal y de hecho, honrar a la gente querida debería ser casi una obligación para ellos. Pero precisamente su escasa capacidad para analizar los hechos con distancia e imparcialidad les inhabilita para acometer problemas de un modo objetivo. Esto lo pudimos constatar hace bien poco con la campaña que realizó el padre de Marta del Castillo a favor de la cadena perpetua.
Desde esta perspectiva ya es complicado imaginarse a las Damas de Blanco como un movimiento altruista y solidario, pues sólo buscan el indulto a sus seres queridos de unas penas impuestas según el derecho penal de un Estado. Un movimiento subversivo y egoísta que a grandes rasgos no parece encajar en el perfil de ganador de un premio Nobel. Sin embargo, y teniendo en cuenta las connotaciones políticas del asunto, nada es imposible. Principalmente por el mismo hecho de que ahora hasta Barack Obama tiene un Nobel de la Paz, cuando su mayor mérito ha sido conservar intactos los intereses de la oligarquía mundial prosiguiendo las guerras en Irak y Afganistán, manteniendo el bloqueo de Cuba e interviniendo en el golpe de estado de Honduras. Si Obama, gracias a eso, ha conseguido el Nobel de la Paz las Damas de Blanco, con su lucha contra el “herético” sistema cubano, también pueden. O quizá este año le toque a Roberto Micheletti.
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