Estudio reciente predice las consecuencias futuras del programa global de biocombustibles

by El Jeremias at/on 12:34 p.m.
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27 de Octubre, 2009 Mbl, Woods Hole, Massachusetts –Un reporte que examina el impacto del programa global de bio-combustibles en emisiones de gas invernadero durante el siglo XXI, ha determinado que la pérdida de carbón que genera el desplazamiento de cosechas de alimentos y pastos, para cosechas de bio-combustibles, puede hasta el doble de las emisiones de CO2 de la tierra dedicada a la producción de combustibles biológicos. Este estudio, liderado por Jerry Melillo, investigador científico de tiempo completo del Laboratorio Biólogico Marino (Marine Biological Laboratory, MBL por sus siglas en inglés), también predice que el incremento en el uso de fertilizantes para la producción de bio-combustibles, ocasionará mayores emisiones de óxido nitroso (N2O), de forma tal que hacia finales de este siglo, se transformará en un factor más importante que la pérdida de carbón, en términos de una amenaza potencial.

Empleando un modelo global que analiza datos económicos y biogeoquímicos, Mellillo junto con David Kicklighter, investigador asociado del MBL, así como otros colegas suyos, examinaron los efectos directos e indirectos del uso de la tierra en emisiones de gas invernadero, al tiempo que continúa la producción de bio-combustibles en este siglo. Su reporte fue publicado en la edición del 22 de Octubre de Science Express.

Las tierras dedicadas únicamente a la producción de bio-energía generan emisiones directas. Las emisiones indirectas de la utilización de la tierra ocurren cuándo la producción de combustibles biológicos se realiza en la tierra apta para cultivos o cuando los pastos desplazan la actividad agrícola a otra ubicación, causando así los cambios adicionales de la utilización de la tierra y un aumento neto en la pérdida de carbón.

Actualmente ningunos de los países desarrollados, incluyen las emisiones de carbón provenientes de las tierras dedicadas a la producción de bio-combustibles, dentro de su contabilidad de la pérdida de carbón y hay preocupación acerca de la practicidad de incluir tales pérdidas en un sistema diseñado para reducir emisiones de combustibles  fósiles. Además, son polémicos los métodos para valorar las emisiones indirectas provenientes de la  utilización de la tierra.

Todos los análisis cuantitativos existentes a la fecha, han ignorado completamente las emisiones indirectas, considerándolas asociadas al desplazamiento de las cosechas dentro de un área específica, a emisiones indirectas de origen incierto con emisiones directas o generales de utilización de la tierra, o con estimaciones desarrolladas basadas en un marco fijo de nuestra economía actual.

Empleando un modelo que utiliza un sistema que integra el cambio global de la utilización de la tierra empleada para la producción de bio-combustibles,  así como las múltiples demandas por la tierra y que incluye la contabilidad dinámica de gases invernadero, Melillo y sus colegas crearon un conjunto completo de variables, que incluyen el potencial de recepción neta de carbón proveniente de la administración mejorada de tierras, las emisiones N2O del uso aumentado de abono, efectos ambientales en el almacenamiento de carbón, y la economía de conversión de tierra.

Melillo dice que "Nuestro análisis, que consideramos es el más completo a la fecha,  muestra que los cambios directos e indirectos en el uso de la tierra se encuentran asociados con un programa global agresivo, tienen el potencial de emitir grandes cantidades de gases invernadero a la atmosfera"

Melillo y sus colegas simularon dos escenarios globales sobre el uso de la tierra para generar bio-combustibles. En el Caso 1, áreas vírgenes son convertidas para satisfacer la creciente demanda de producción de bio-combustibles. En el Caso 2, se considera que hay poca disposición para convertir tierras pero se incrementa el uso de la tierra que actualmente se emplea para la producción de bio-combustibles. Ambos escenarios están ligados a una política global climática que podría controlar las emisiones de gases invernadero, provenientes de combustibles fósiles a fin de estabilizar las concentraciones e CO2 hasta 550 partes por millón, un objetivo usualmente incluido en las discusiones sobre políticas climáticas. Bajo tal política climática, los combustibles fósiles podrían incrementar su costo de forma tal que se aceleraría la introducción de bio-combustibles, al final el tamaño de la industria de los bio-combustibles se incrementaría ocasionando los efectos adicionales en el uso de la tierra, sus precios así como el costo y producción de la comida y de los productos forestales.

El modelo predice que para ambos escenarios y hacia el final del siglo 21, la tierra dedicada a los bio-combustibles, será mayor que el área total dedicada a las cosechas de alimento. El caso 1 resultará en una mayor pérdida de carbón que en caso 2, particularmente hacia mediados de siglo. Adicionalmente, el uso indirecto de la tierra será substancialmente el responsable de las más grandes pérdidas de carbón (hasta casi la mitad) que el uso directo de la tierra.

"Las consecuencias involuntarias del programa global de bio-combustible serán grandes emisiones de gases invernadero de esos cambios en el uso indirecto en la utilización de la tierra; mas que ayudar a resolver el problema del cambio climático, estas consecuencias lo complican" dice Melillo "Como nuestros análisis lo demuestran, estas consecuencias involuntarias son mayores cuando se involucra la tala de bosques".

En su modelo, Melillo y sus colegas también simularon las emisiones de N20 provenientes del fertilizante adicional que será necesario para cosechar bio-combustibles en el futuro. Ellos determinaron que, en términos de calentamiento potencial, durante este siglo las emisiones de N2O sobrepasarán las de CO2. Para 2100, Melillo y su equipo estiman que para ambos escenarios en su estudio,  la producción de bio-combustibles será responsable de más de la mitad del total de la emisión de N2O provenientes del fertilizante. Según el científico "las prácticas recomendadas para el uso de fertilizantes basados en nitrógeno, tales como la aplicación sincronizada de fertilizante para cada planta, podrían reducir las emisiones de N2O asociadas a la producción de bio-combustibles".

Fuente: Marine Biological Laboratory

 http://www.pollutiononline.com/article.mvc/New-Study-Predicts-Future-Consequences-0001


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