La economía es política disfrazada
por HAZEL HENDERSON
Es ya de público conocimiento que la economía no es en modo alguno una ciencia sino que siempre ha sido política disfrazada.
La economía es ahora ampliamente vista como un defectuoso código de origen inserto profundamente en las empresas, generador de insostenibilidad. De ahí los booms, las bancarrotas, las burbujas, las recesiones, las crisis energéticas, la merma de recursos, la pobreza, las guerras comerciales, la contaminación, el desbaratamiento de comunidades y la pérdida de diversidad cultural y biológica.
"Los ciudadanos de todo el mundo están rechazando este código defectuoso y sus sistemas operativos, representados por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio y los imperiosos bancos centrales. Su duro programa, la ahora ridiculizada receta del Consenso de Washington para esa superchería conocida como el crecimiento del Producto Nacional Bruto (PNB), es desafiado por el Indice de Desarrollo Humano (IDH), el análihuella ecológica, el índice del planeta viviente, los Indicadores Calvert-Henderson sobre Calidad de vida y otros índices.
Toda moneda real es local, creada por la gente para facilitar el intercambio y basada en la confianza. La historia de cómo esta útil invención creció a partir de monedas nacionales abstractas de circulación fiduciaria respaldadas únicamente por las promesas de gobernantes y de banqueros centrales, está siendo contada de nuevo. Nosotros presenciamos cómo la tecnología de la información y la desregulación de la banca y las finanzas en la década del 80 ayudó a construir el actual monstruoso casino global en el que 1 billón 15 mil millones de dólares chapotea diariamente por todo el planeta por medio de intercambios electrónicos, el 90% de los cuales corresponde a negocios puramente especulativos.
Como una reacción a ese fenómeno, actualmente estamos viendo a escala mundial experimentaciones con intercambios locales, trueques y clubes de intercambio tales como Deli-Dollars, LETS, Ithaca Hours y otros en Estados Unidos y Canadá. Miles de millones de personas todavía viven en sociedades tradicionales en las que no se utiliza el dinero, al igual que en los sectores del voluntariado, mayormente integrados por mujeres.
Cuando los grupos y comunidades locales crean su propio papel moneda o sustitutos de éste como vales o pagarés y sistemas de intercambio, aprenden el más profundo secreto de los economistas: el dinero y la información son equivalentes y no escasean. El trueque o permuta, desestimado por los manuales sobre economía como una reliquia primitiva, se ha convertido en alta tecnología. La mayor feria americana de objetos usados, eBay, es un ejemplo de cómo eludir los mercados existentes.
La gente comenzó a darse cuenta de cómo los bancos centrales y los sistemas monetarios nacionales controlan a la población mediante el manejo macroeconómico de los bajos niveles de empleo, de la escasez de hipotecas y de préstamos para compra de autos a través del suministro de dinero, del crédito, de las tasas de interés y de todas las palancas y grifos secretos usados por los banqueros centrales.
Pese al uso y abuso de tales mecanismos, el crecimiento de alternativas locales saludables se está propagando a escala mundial. El Foro Social Mundial realizado en Porto Alegre en el 2000 a impulso de reformistas brasileños es uno de esos numerosos movimientos en todo el mundo. El default de Argentina en el año 2001 enseñó a los ciudadanos de ese país que podían confiar en sus propias monedas paralelas locales no oficiales, en los mercados de pulgas y en los sistemas electrónicos de intercambio más que en la moneda oficial del país, el peso. Argentina, Brasil y Venezuela han decidido pagar por completo los préstamos que les hizo el FMI para liberar sus economías de las prescripciones del Consenso de Washington.
De modo que hoy en día el casino global con su cortejo de desequilibrios, déficit, inestabilidad monetaria, pobreza y crisis de la deuda del momento global actual requieren un rediseño sistemático de ese defectuoso código de origen de la economía. Preocupados ministros de finanzas y banqueros centrales reclaman vanamente "una nueva arquitectura financiera internacional".
Antes de que caigamos en errores deberíamos eludir las pequeñeces doctrinarias, los localismos ideológicos e instintivos impulsos libertarios. Nada puede proteger a las comunidades locales de los estragos de la globalización dirigida por los fundamentalistas del mercado. En el mundo actual saturado de información las comunidades necesitan comprender de nuevo qué elementos rechazar y cuáles adoptar. El rechazo total puede llevar a la rigidez, a la xenofobia y a una mala lectura de la historia.
Asimismo, una aceptación completa de las actuales insostenibles tendencias económicas globales seguramente conducirá a la pérdida de las culturas locales y de la biodiversidad, así como a la reducción drástica de los recursos naturales.
De los cambios que se están sucediendo y de sus imprevistas consecuencias debemos entonces aprender y evolucionar, pues de lo contrario sufriremos un colapso ecológico. *
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